CON ESPERANZA HACIA LA PASCUA
- Adma Don Bosco
- hace 3 días
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Queridos hermanos,
este número ADMA online os llega en medio del camino cuaresmal que, como sugiere el Papa Francisco y a la luz del Aguinaldo, intentamos vivir en el espíritu de este año jubilar: la Cuaresma es, en efecto, el centro de nuestro camino de esperanza.

La Iglesia nos permite preparar nuestro corazón y abrirnos a la gracia de Dios para celebrar en breve el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte.
Y, sin embargo, qué difícil nos resulta a todos creer y tener esperanza en un mundo tan afligido ; ¿cómo no dejarnos atenazar por el miedo y el abatimiento? Precisamente en este año jubilar, dedicado a la esperanza, hay noticias cada vez más preocupantes y dolorosas: las guerras continúan o parece que se terminan, pero sólo es la ilusión de una paz falsa e injusta que esconde el odio en lo más profundo del corazón de los hombres rotos. La riqueza y el dinero alimentan el poder de los que mandan, de los que prevarican, de los que esclavizan. El valor de la vida, nuestra herencia como criaturas de Dios, parece perderse en un vacío que llenamos sólo con cosas y placeres inútiles, con apariencia y narcisismo. Y para nosotros, como hijos de Don Bosco que tenemos en el corazón sobre todo a los jóvenes, este dolor y esta incertidumbre se hacen aún más fuertes cuando nos parece que son precisamente los jóvenes los que se ven privados de la posibilidad de soñar.
El camino de Cuaresma que estamos viviendo en silencio, en escucha de la Palabra, en penitencia y en fraternidad, nos permite releer todos estos acontecimientos y discernir en ellos la presencia de Dios y su misericordia. Nos permite volver a lo esencial de nuestra vida cristiana, redescubrir nuevos horizontes en la alegría de la Pascua y mostrar estos horizontes a la humanidad y a los jóvenes que encontramos.
Que la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5) - nos dice el Papa Francisco -, sea el horizonte de nuestro camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, "ser humano tiene necesidad de amor incondicional. Necesita esa certeza que le hace decir: ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni el presente ni el futuro, ni las potestades, ni las alturas ni las profundidades, ni ninguna otra criatura podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús Señor nuestro' (Rom 8, 38-39)". Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado y vive y reina glorioso. La muerte se ha transformado en victoria y aquí reside la fe y la gran esperanza de los cristianos: ¡en la resurrección de Cristo!
El Papa Francisco nos ha invitado en esta Cuaresma a redescubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos hace a todos, como individuos y como comunidad. Y la conversión más importante es la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos:
¿tengo en mí la convicción de que Dios perdona mis pecados? ¿O actúo como si pudiera salvarme por mí mismo? ¿Aspiro a la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa a un compromiso por la justicia, la fraternidad, el cuidado de la casa común, procurando que nadie se quede atrás?
Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros, nos acompañe en este último tramo del camino cuaresmal y prepare nuestros corazones para alegrarnos en la resurrección de Cristo.
En nombre de toda la junta directiva de ADMA, deseamos a todos un Pascua serena.
Don Gabriel Cruz Trejo SDB,
Animador espiritual ADMA Valdocco
Renato Valera,
Presidente ADMA Valdocco
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