"LA CONSOLATA DE DON BOSCO”
Queridos amigos de ADMA:
Sabemos que en junio de 1841 Don Bosco fue ordenado sacerdote en la iglesia del Arzobispado de Turín, por Mons. Fransoni. Pocos meses después, precisamente el 3 de noviembre, llegó a Turín para habitar en la Residencia Sacerdotal y continuar su formación de educador-pastor. Se lo había recomendado su director espiritual, San José Cafasso.
A pocos metros de esta residencia se halla un Santuario mariano dedicado a María con el título de “Consuelo y Protectora de la ciudad de Turín”, como muestra la lápida a la puerta de entrada... Está considerado como el Santuario más importante de la ciudad y conocido como “La Consolata”. Además de ser una obra maestra del barroco piamontés, en el que trabajaron artistas de la talla de Guarino Guarini, Filippo Juvarra, Carlo Ceppi, y de tener el título de basílica menor, nos interesa por su relación con la historia salesiana de los orígenes de la iglesia.
De joven sacerdote, Don Bosco frecuentó este Santuario donde celebró su segunda misa el 7 de junio de 1841. En 1846 tras haber frecuentado diversos lugares, llegó a Valdocco y en la capilla Pinardi, la primera imagen de María que presidió esta capilla fue la de la Consolata, adquirida por Don Bosco por 27 liras.
Don Bosco llevaba a los muchachos del Oratorio a este santuario de Turín para recibir los sacramentos, rezar y cantar en algunas funciones religiosas. Cuando en Julio de 1846, Don Bosco cayó gravemente enfermo, los muchachos del Oratorio se turnaban, ante la Consolata, de la mañana a la noche, rezando por su curación. Don Bosco curó y los médicos le dijeron: “Vaya a dar gracia a la Consolata, porque todo ha resultado bien”.
Recordamos también que la noche del 25 de noviembre, hacia las 3 de la mañana, mamá Margarita fue recibida en los brazos del Padre de la Misericordia. José, hermano de Don Bosco, fue a su habitación, los dos se abrazaron y lloraron. Dos horas después, Don Bosco llamó a José Buzzetti, su amigo en los momentos difíciles, el único ante el que no se avergonzaba de verle llorar. Fue a celebrar la misa por su madre en la cripta del santuario de la Consolata. Al terminar la función, ambos se arrodillaron ante la imagen de la Virgen y Don Bosco entre sollozos, rezó: “Ahora mis hijos y yo hemos quedado sin madre en la tierra. Quédate a nuestro lado, sé nuestra madre”. Esta es la Consolata.
El 20 de junio, la ciudad de Turín se viste de fiesta para agradecer a Dios la protección y el consuelo de María. Don Bosco supo acoger la sensibilidad mariana de Turín, con sus manifestaciones y expresiones populares. Nosotros, devotos, amigos, hijos de María, estamos invitados a conocer, amar y difundir las devociones marianas locales, siguiendo las directrices que la Iglesia nos ha dado en su abundante magisterio, indicando cuatro orientaciones para una adecuado culto a la Virgen María: Bíblico, litúrgico, ecuménico y antropológico. (MC 29 ss.).
En los próximos meses, en muchos lugares se celebrará a la Madre de Dios con títulos, invocaciones y manifestaciones diversas. Como Don Bosco ha amado a María en Castelnuovo, Chieri, Turín… también nosotros, como hijos suyos, estamos invitados a amar a María Inmaculada, Auxiliadora y también Consolata.
Renato Valera, Presidente ADMA Valdocco.
Alejandro Guevara, Animador espiritual de ADMA Valdocco
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