San Francisco de Sales y sus Filoteas
Como en los dos vídeos anteriores, El hombre explicado por Dios y La dulzura salesiana, el Padre Michele Molinar, que ha preparado esta serie con las oficinas de la Pastoral Juvenil y Comunicación Social ICP, presenta el tercer vídeo.
En el epistolario de San Francisco de Sales, y también en sus otros escritos, detectamos una exquisita sensibilidad a la hora de acercar el mundo femenino hacia el encuentro con Dios y, a través del encuentro con Dios, al don de sí mismo y a una profunda relación de amistad con Él.
Francisco propone todo esto ya sea tanto en el mundo laico como en la vida consagrada. Así explicado, el título de este vídeo “San Francisco de Sales y sus Filoteas” quienes son guiados por él al encuentro con Dios.
En Annecy es muy interesante retratar ambientes particulares, por ejemplo un portal en la calle más antigua de Annecy. Una puerta, muy parecida a las otras, pero que da acceso a la casa donde vivía Louise du Chatel, casada Charmoisy, la prima de nuestro Obispo por matrimonio. Gracias a ella y a los consejos escritos de su primo, todo esto se convirtió en lo que aún hoy tenemos y que se llama “Filotea, introducción a la vida devota”.
El don de captar y, sobre todo, de educar los deseos espirituales del mundo en la sensibilidad femenina, Francisco lo supo reconocer y compartir con Giovanna di Chantal precisamente como un don de gracia recibido de Dios Padre.
"Una cosa verdaderamente extraña. Creo que, en el mundo, no hay almas que amen más cordialmente, más tiernamente y, por decir de forma muy amable, más amorosamente que yo, porque a Dios le ha complacido hacer mi corazón así."
Hay una larga historia que caracteriza el don de nuestro obispo, y esta historia inicia seguramente con la relación de Francisco con su mamá Francoise de Syonnaz.
Solamente 15 años aproximadamente, separan a la mamá del hijo; mientras casi 31 separarán a la mamá del papá. Todo esto nos hace ver que ha sido un matrimonio arreglado, pero aún así, ha sido un buen matrimonio.
Los historiadores dicen que la mamá de Francisco tenía un carácter muy cariñoso. Un año después del matrimonio tendrá a su primer hijo, mientras que para el segundo pasaron 9 años y después nació Gallois.
Los historiadores todavía nos hacen recordar que los primeros 6 años de la vida de Francisco, fueron los años de la mamá; y de su mamá recibe afecto, educación y claramente una profunda sensibilidad religiosa.
La mamá, pasados los años, hablando de Francisco dirá: “Este es mi hijo y mi padre”. Al final, la mamá será una de las almas guiadas de su hijo.
La profunda sensibilidad se convierte en atención y amabilidad para con todos quienes nuestro obispo encuentra. Por ejemplo, un día, nuestro obispo entra en casa y encuentra a su criado intentando escribir una carta; cosa seguramente poco común para esos tiempos:
“Amigo mío, cuando entré estabas ocupado con el bolígrafo y el papel y lo escondiste todo. ¿Qué estabas escribiendo? ¿No soy lo suficientemente amigo para que confíes en mí?”
El joven, confundido, le da el papel al obispo: era una carta con una declaración de amor. El obispo la lee y le dice: “No estás logrando explicarte bien, déjame ayudarte. Copia esto, pon tu nombre y envíala. Verás que todo estará bien”.
Otra presencia, que tanto ha educado la fe de Francisco y ha repercutido en su comprensión de lo femenino, fue la presencia de María, Madre de Dios, de quien Francisco dirá “la mujer más amable y cariñosa de todas las creaturas”. Francisco siempre tendrá para con ella una devoción fuerte, fiel y cariñosa.
Aquí, en la Basílica de la Visitación, que guarda el relicario de San Francisco y Santa Juana de Chantal, volvemos a esa carta tan significativa, escrita al final de su vida, a Juana de Chantal.
Andrè Ravier, gran y profundo conocedor de nuestro santo, define esta carta “el corazón de la salesianeidad”; como si juntara todos los temas y los comportamientos queridos por la santidad salesiana.
"Una cosa verdaderamente extraña. Creo que, en el mundo, no hay almas que amen más cordialmente, más tiernamente y, por decir de forma muy amable, más amorosamente que yo, porque a Dios le ha complacido hacer mi corazón así.
Y, sin embargo, amo las almas independientes y vigorosas, las almas que no son femeninas, porque el exceso de ternura perturba el corazón, lo inquieta y lo distrae de la meditación amorosa de Dios, e impide la entrega completa a Dios y la muerte perfecta del amor propio."
La excelencia de esta intensa y profunda carta está en las últimas líneas cuando el santo obispo declara.
“Eso que no es Dios no es nada para nosotros.”
“Tengo la impresión de no amar nada fuera de Dios y de todas las almas en Dios. Siento esa unidad que Dios ha producido en mí de manera extraordinaria.”
Todo esto quiere decir que el espacio de su amistad está en el corazón de Jesús y en la voluntad de Dios Padre, y en el don recíproco. En ninguna otra parte.
Seis meses después de haberse encontrado en Digione, Francisco de Sales escribirá a Juana de Chantal.
“He visto en Roma un árbol plantado por Beato Domingo. Todos van a verlo y lo aman por amor a quien lo plantó. Así, yo, habiendo visto en ti el árbol del deseo de santidad que nuestro Señor ha plantado en tu alma, he comenzado a amarlo tiernamente.”
Cuánto hemos escuchado que se dice que no puede existir la santidad de Francisco sin la de Juana de Chantal. De la misma manera, podremos decir que no podría existir la santidad de Don Bosco sin el deseo profundo de Dios, ciertamente educado en Domingo Savio.
El camino espiritual de nuestro Santo Obispo, ese que él mismo vive y propone a las almas que guía, es sencillo y está adaptado a nuestra humanidad. Pero no debemos creer que es totalmente espontáneo.
Francisco también conoce un “bicho” que amenaza su relación con Dios y es el bicho del amor propio; del vínculo con uno mismo, de verse como único director de su vida.
Y el amor propio transforma los lazos, incluso los más hermosos, en vínculos restrictivos. Así que Francisco educa a sus hermanas en el desprendimiento; esa forma de desprendimiento que aún hoy mantienen.
“"El último día del año tomarán sus cruces, rosarios e imágenes y harán un pequeño manojo con ellos y lo sortearán para evitar preferencias. Pero escuchen, aquí está lo mejor. No tolero que a ciertos religiosos se les llame "la señora elegida", tal o cual señora. No, ninguna preferencia y ninguna palabra de jerarquía: todos somos muy pequeños. En la primera vuelta se pone el número 1, en la segunda el 2, y así sucesivamente. E, hijas mías, así viviremos al margen de todo".
Fuente: Infoans
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